2010-11-25

Mi curiosidad..mató al gato?

Y porque tratar de ser curioso cuando tienes ese obsequio que tanto te atrae, enfrente de ti, que puedes abrir en un instante, porque no solo mirarlo, observarlo, y pensar en el porque no?.
Solo puedo decir que yo ya lo abrí. Y que bonito fué, apesar de que batallé, fué satisfactoria la sorpresa.
Decidí comenzar en hacer algunas cosas sin pensar, me dió resultado, puesto que todo se veía normal y radiante.
Muchas personas pensaron, el porque de mi decición, pero me dije, para que darle más vueltas al asunto si como quiera se trauman.
Total..seguí insistiendo, cabe mencionar que es bueno insistir, si uno lucha por lo que desea lo consigue, resulta ser que, un dia no muy esperado, en una mañana, por cierto, había una cajita, esa cajita ahora sé que contenía, era rosada, gravada, y con buen aspecto, diría que refinada.
Me levanté, la toqué, y dije tengo curiosidad de abrirla, pero si la abro quizá me valla mal, quizá tenga una sorpresa, o quizá sea un pecado, mejor no.Regresé al asiento, no podia dejar de observarla, era como si me comiera la mirada, no pude resistir, es como si te estuvieran diciendo a cada segundo que era lo correcto abrirla, no podia pasar nada, era una simple caja rosada con gravado, que podria pasar?.
Pensé, quiza sea una oportunidad al exito...mmm no tal vez no, que erroneo pensamiento! por dios!. Me llené de valor y fuí a abrirla, lo que había no podia creerlo, era muy intenso lo que se presentía, incluso me asombré y salieron lagrimas de mis ojos, una gran sonrrisa de oreja a oreja, sudor en mi frente, nervios en mi cuerpo, fuertes latidos de mi corazón, escalofrios en mi nuca, ideas en mi mente, no podía creer lo que había dentro!.
Poco después, apareció de la nada aquella imagen que decia: No debes abrirla, es importante que dejes de sentir curiosidad por las cosas extrañas, tranquila, pronto pasará!.
Una imagen de una mujer, grande, ya con unas canas en su cabello,pechos caidos, un poco encorbada y con una personalidad de madurez y presicion.
No había nadie más!, solo ella, y yo, solo repetía y repetía esa linea que tanto marcaba en su boca, pero las sensaciones que había sentido al abrir la caja, no se comparaban con el rezonar de su voz, todo anunciaba que estaba mal el acto que había echo, pero eso no venció a que yo pudiera saber lo que mi curiosidad decia.
Ahora puedo saber con claridad que mi curiosidad puede matar al gato, pero simples sensaciones no tienen igualación a su muerte.










by: liz saenz